Tan buena impresión me llevé de este restaurante que no pude dejar pasar la ocasión de repetir y llevar a Maria a que lo probará. Y sinceramente no bajo para nada la calidad, la atención ni el placer de estar allí.
Primero de todo, fueron muy amables de darnos la misma mesa (eso sí, aún ahora creo que ellos pensaban que iba con la misma persona, eso o son muy discretos).
Esta vez si que hice una buena foto de la carta aunque no le hicimos prácticamente ningún caso! Nos dejamos guiar por todas las recomendaciones del día.
De aperitivo unos saquitos rellenos de setas espectaculares, crujientes y sabrosos.
Después empezamos con los platos fuera de carta.
Primero tomamos un espectacular salteado de setas que nos encantan a los dos. Realmente sabroso, sencillo pero todos los gustos de las setas estaban perfectamente potenciados.
Después teníamos la posibilidad de comer una pieza de atún y como ya me comentaron la última vez que hacían el tartar de atún espectacular, pues pedí el favor y me lo hicieron. Uno de los mejores tartares que he comido nunca.
De segundo esta vez no comimos bacalao sino que pasamos a la merluza de pincho, así se prueba un poquito lo que esta fuera de carta.
La verdad es que las diferencias en el paladar de un pescado fresco son brutales, la textura, el sabor, el gusto. Todo espectacular.
Todo regado con un tinto de la zona de Terra Alta mi nueva denominación preferida que tenía un sabor potente pero equilibrado, una gran elección.
Después, estuvimos discutiendo si hacer un pescado o una carne … Al final tomamos la decisión de probar las mojellas de terna con salsa de pedro ximenez, la verdad es que no estaba a la altura de los demás platos, pero no porque fuera malo (que no lo era) sino porque los demás productos eran de mayor calidad. Aún así, estaba muy bueno.
De postres dos platos recomendados también.
Primero un tiramisú de “codony” que era sorpresivo y exquisito. Por primera vez, probé un tiramisu “no tradicional” que no fuera una aberración. El sabor del “codony” aunque suave encajaba a la perfección con el postre.
Por otro lado, probamos una tarta de tres chocolates sólo apta para verdaderos golosos!
Todo regado con un “vi de xocolata” dulzón sin ser pesado.
La cuenta salió por un precio similar a la anterior visita. 114 euros la pareja.
Valoración del restaurante:
Local: Al igual que la otra vez estuvimos tranquilos y muy agusto. 9/10.
Servicio: Aunque el dueño puede ser una persona muy habladora y vendedora que a otras personas puede llegar a molestar un poco a mí me encanta como nos explicaba cada uno de los platos y esta vez tuvieron el detalle de dividir todos los segundos en dos platos para que pudiéramos compartirlo mucho más fácil. 9,5/10.
Cocina: La verdad es que todo espectacular, con mínimo y un producto de primerísima calidad. 9,5/10.
Volveré, lo recomendaré y no dejaré de hablar bien.