Jet Lag

Hacía meses y meses que quería ir a este Bar/Restaurante, me lo había recomendado un amigo italiano porque hacían tapas y copas de vinos italianos y claro, como este año en Barcelona he tenido relación con la comunidad italiana tenía que probarlo… Pero no hubo manera de encontrarlo abierto, supongo que sería el Karma… Este miércoles por la tarde  con mi buen amigo Sandro fuimos a tomar dos Spritz y a ponernos al día de la vida, como el spritz estaba malo de narices (lo cuál tiene más mérito que hacerlo bien) decidimos probar una última vez si estaba abierta. Grata nuestra sorpresa cuando lo encontramos abierto a las 19.00 y podemos tomarnos dos copitas de Nero D’Avola, vino siciliano famoso en el mundo entero (eso dicen los italianos y yo paso de discutir con ellos). La verdad es que era un ambiente tan relajado el que teníamos con el dueño, la cercanía que nos daba  y la cantidad de amigos comunes que decidí llevar  a Marta a este restaurante al día siguiente.

El local tiene dos alturas, aproximadamente 6 mesitas en la zona inferior donde se encuentra la barra y cuatro mesas en la parte superior donde esta la cocina. También cuenta con un salón privado pero es sólo para celabraciones.

La decoración tiene un punto «intelectual» con muchos libros aunque en su mayoría son guías de viaje y de la ciudad.

Aunque es un italiano, dista mucho de ser un restaurante «típico italiano» no hay carta de pizzas, pastas, etc. Es una fusión de comida italiana y española fácil de hacer y con buen sabor. Como nos comentaba el dueño, no tiene ganas de estar todo el día cocinando sino de pasar el tiempo que cocina para los clientes disfrutando de lo que hace.

Comida: compartimos de entrantes dos ensaladas, un salpicón de marisco (poco se puede innovar con este plato) y una ensalada capresse (no era la mejor que he probado pero estaba buena). De segundo también compartimos dos platos, una lasaña de carne (muy buena) y un carpaccio de tenera muy bueno (sólo le faltaba un poco más de parmesano). El pan recién salido del horno estaba muy bueno.

De postre sólo tenía helado, pero realmente estaba bueno el helado de tiramisú.

Valoración del restaurante:

Local: 7/10

Comida 7/10

Servico 8/10 sin conocernos más que de una tarde, nos trataron como si fueramos clientes de toda la vida y eso se hizo muy agradable.

La cuenta subio a 50 euros dos personas con dos copitas de Nero, precio bastante asequible. Nos invitaron a todos los chupitos de limoncello que quisimos tomar y el jefe se tomó un par con nosotros.

El local no tiene página web, aunque es fácil de encontrar en todas las páginas de restaurantes. Se encuentra en el número 12 del carrer Dagueries. A menos de 5 minutos de la Plaza Sant Jaume en el barrio Gótico.

Fotos del local,

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